
Edición limitada al stock existente
El Turismo Carretera es la categoría automovilística más añeja del mundo entre las que se encuentran en actividad.
Coches emblemáticos de los 80 años de historia del TC, pueden ser tuyos. No dejes pasar la ocasión de coleccionar estas espléndidas réplicas a escala 1/43.
Se trata de reproducciones, del todo fidedignas a los modelos originales, que satisfarán por igual tanto a los miniaturistas como a los aficionados al Turismo Carretera. Una selección con el sello oficial de ACTC que no puedes dejar escapar.
El ejercicio 1973 puso primera en Chivilcoy, donde la ruta albergó el inicio de certamen en el que Héctor “Pirín” Gradassi exhibía el N° 1 obtenido el año anterior. Obviamente que era candidato a la victoria, aunque también había tantos otros que se asomaban con las mismas posibilidades. Entre ellos, Nasif Estéfano, el tucumano que aceleraba “con los dos pies”, como se decía en la tribuna.
En medio de los recaudos y de las alternativas para mantener el automovilismo deportivo, probablemente pocos de los que protagonizaban aquel Gran Premio, uno más de los que organizaba el Automóvil Club Argentino (ACA), o ninguno, se habrá imaginado que iniciaban uno de los capítulos más importantes del deporte nacional.
Una nueva temporada se ponía en marcha en el tradicional autódromo de Mar de Ajó, escenario de las aperturas de campeonatos para el Turismo Carretera. Guillermo Ortelli defendía el N° 1, aunque la fecha inaugural no fue propicia para los Chevrolet, ya que la primera victoria del año fue para Ford.
Como era tradicional por aquellos años, el Turismo Carretera comenzaba su ejercicio en el autódromo Luis Rubén Di Palma, de Mar de Ajó, en plena temporada veraniega. Allí Mauro Giallombardo estrenaba el N° 1 y el equipo Oil Competición compartía a dos pilotos destacados a nivel internacional: José María “Pechito” López y Esteban Guerrieri, con sendos Dodge.
Como sucede en cada inicio de temporada, las ilusiones y esperanzas se renuevan en función de los flamantes pilotos o equipos que en un barajar y dar de nuevo se encaminan con la misión de adjudicarse el campeonato. Esto sucedió también en el Turismo Carretera de 1972, que ya consolidado con los nuevos vehículos de la época y con la transformación ejecutada, forjaba un nuevo certamen de la histórica categoría.
Eran épocas extrañas para el Turismo Carretera, que definitivamente cambiaba de fisonomía. Aquellas cupecitas que nacieron con la categoría más añeja entre las que se encontraban en actividad del automovilismo mundial daban paso a esos nuevos autos compactos que irrumpían frente a la tradición. De hecho, se habían producido algunos hechos de reprobación por parte del público, que no podía frenar el inevitable avance de la tecnología.
La apertura de la temporada 1982 llegó de la mano de la polémica. El receso, como siempre, potencia la fecha inaugural de cada campeonato. Pero en aquella ocasión, algunas medidas por parte del Turismo Carretera alimentaban los contrapuntos. Para esa esperada competencia de la Vuelta de Tandil, del 14 de marzo, la categoría había pautado una reducción en la compresión de los motores, que descendían de 11 a 9,5:1.
Culminaba la década de los años 60 y el Turismo Carretera estaba bajo el dominio de los veloces Torino, con sus distintas evoluciones. La “Liebre”, como se lo conocía popularmente al modelo, desarrollaba su tercera versión y, obviamente, sus usuarios eran candidatos.
La temporada 1992 presentaba varios candidatos para pelear por la corona que ostentaba Oscar Aventín. El piloto de Morón venía de lograr el título en la temporada anterior y, junto con los grandes nombres de ese entonces, volvía a aparecer como firme candidato. Allí estaban Roberto Mouras, Osvaldo Morresi, Vicente Pernía, Juan Manuel Landa, Eduardo Ramos, Johnny De Benedictis y Fabián Acuña, que había pasado de marca y adquirió un Ford de Oscar Castellano, y que también se perfilaba como favorito. El campeonato comenzó con algunas modificaciones técnicas a favor de Dodge, que en 1991 estuvo relegado. Y la acción arrancó en Santa Teresita, donde el 16 de febrero, Roberto Mouras se entregó a sí mismo el mejor regalo de cumpleaños (44) al vencer en la fecha inaugural. Allí Aventín fue sexto.
La Plata fue el lugar elegido para el arranque de una temporada muy particular, ya que fue parte de 1980 y de 1981. El 7 de septiembre se puso en marcha la fecha inaugural en el trazado “19 de Noviembre”. Las miradas estaban puestas en el Ford de Francisco “Colo” Espinosa, el campeón vigente, que había cambiado de vehículo. Sin embargo, entre los candidatos para esta carrera eran los hermanos Antonio y Oscar Aventín, Juan María Ayarza Garré y Miguel Atauri, entre otros. Todos comenzaban con A...
Vaya paradoja la del Turismo Carretera. La categoría que hacía historia y de la grande en el deporte nacional, vivía su era de esplendor pese a que los campeonatos, más largos o más cortos, siempre estaban dominados por el mismo apellido: Gálvez. Habían pasado 12 años de hegemonía abrumadora de los hermanos, alternándose las coronas entre Juan y Oscar. No había opción fuera de los representantes de Buenos Aires. La categoría conductiva asociada a las mejores máquinas imposibilitaban alcanzar el título para sus oponentes. En una época en la que sobraban nombres rutilantes, los Gálvez aplacaban sueños rivales.
Fue la ratificación de un piloto. Y de un equipo. Porque Juan María Traverso había salido campeón en 1977, de la mano del poderoso equipo oficial Ford motorizado por el preparador José Miguel Herceg. Y la temporada siguiente sirvió para repetir aquella conquista. Para volver a obtener el N° 1. Para demostrar que eran imbatibles.
No había con qué darles a los “Gringos”. Si se hablaba de Olavarría por aquellos años, los Emiliozzi dominaban cualquier conversación. Eran los dueños de la velocidad. Y de la gloria que otorgaba el Turismo Carretera en la primera mitad de la década de los años 60.
La temporada 2007 fue una bisagra en la historia del Turismo Carretera. Porque en esa temporada se dio una contundencia por parte de Christian Ledesma que pocas veces se había dado en la historia de la categoría. O mejor dicho, contrastó con lo que se desarrollaba en los últimos años. Porque ese rendimiento abrumador fue lo que al año siguiente motivó a los dirigentes de la Asociación Corredores de Turismo Carretera (ACTC) implementar el sistema de “Copa de Oro” o “Playoff”, cuando Juan Manuel Silva emulaba una contundencia parecida.
Ganar con otra marca era mi gran desafío. Tuve cierto temor al cambio, pero lo necesitaba”, destacó Oscar Castellano cada vez que hizo referencia al paso de Dodge a Ford. No era un piloto cualquiera que cambiaba de marca. Era “El Pincho”, que ostentaba el N° 1 del Turismo Carretera, el bicampeón (1987 y 1988) de la mano de su tradicional Dodge naranja, que iniciaba la aventura de representar a Ford, con todo lo que ello implicaba.
Épocas extrañas para el Turismo Carretera. Porque las miradas estaban puestas más en lo institucional que en lo deportivo, ya que la Asociación Corredores de Turismo Carretera (ACTC) se independizaba del Automóvil Club Argentino (ACA). Y fue el 20 de mayo de 1979 que se desarrolló la primera fecha autofiscalizada por la entidad teceísta, con el Premio “Reafirmación de la Soberanía Nacional”. Un hecho histórico en el automovilismo argentino.
La temporada 1986 arrancaba con el estreno del trazado en Santa Teresita, donde se aprovechaba la costa atlántica como punto turístico en pleno verano para convocar la mayor cantidad de espectadores. De hecho unas 50.000 personas aguardaban el estreno del año, en el que Oscar “Pincho” Castellano estrenaba una Dodge, Johnny De Benedictis volvía a su clásico color verde en la Dodge y Vicente Pernía regresaba con un Chevrolet, en lo que sería su despedida de la marca.
Era la época dorada del Turismo Carretera. Cuando la popularidad de una actividad tan particular como llamativa convocaba multitudes.
El magnetismo se originaba con aquellos raudos que desafiaban diversos terrenos con máquinas artesanales, empujadas por pueblos y peñas, que asombran a propios y extraños.
El ejercicio 2005 comenzó, como ya era costumbre para el Turismo Carretera, en el autódromo Rubén Luis Di Palma, de Mar de Ajó. La temporada veraniega cerraba sus capítulos con el arranque del campeonato. La competencia fue entretenida. Había cierta expectativa por saber cómo se comportarían los neumáticos, de compuesto más duro que el último año, en un circuito que no ofrece demasiados lugares para el sobrepaso. En el arranque, Juan Manuel Silva, otro piloto que durante 2004 no logró ningún triunfo en el Turismo Carretera, dejó atónitos a sus rivales, ya que en sólo seis giros gozaba de una ventaja llamativa. Pero Verna se deshizo de Juan María Traverso (Torino) y salió en busca del líder, a quien superó en la novena vuelta, cuando la bomba de combustible del auto del chaqueño falló y tiró por la borda semejante contundencia.
Norberto Fontana buscaba el título de Turismo Carretera, el que definitivamente lo consolidara como un referente histórico homologado por la popularidad de la categoría. Y para ello se preparó el ex piloto de Fórmula 1. Durante la pretemporada, el arrecifeño había anunciado su ingreso al JP Racing, donde ya estaban Juan Manuel Silva y Julio Catalán Magni. Allí desembarcaba con su Dodge, aunque ahora alistada por Alberto Canapino y Johnny Laborito.
Una obra editorial inédita
Una crónica emocionante, de la mano del reconocido periodista Roberto Berasategui, del campeonato en la que el coche de la entrega fue protagonista. Revivirás carrera a carrera los mejores momentos de la temporada hasta la conclusión de la misma.
Una crónica emocionante, de la mano del reconocido periodista Roberto Berasategui, del campeonato en la que el coche de la entrega fue protagonista. Revivirás carrera a carrera los mejores momentos de la temporada hasta la conclusión de la misma.
Una biografía ágil y amena de nuestro piloto protagonista. Sus orígenes, sus comienzos en la competición automovilística, sus grandes hitos en el TC, su palmarés...
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